Cómo se propagan la desinformación y la información errónea durante las crisis

Consejos para periodistas sobre cómo combatir la desinformación tras dos supertormentas.

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Esta semana: Mentiras peligrosas

“Es absolutamente lo peor que he visto”  declaró la administradora de FEMA, Deanne Criswell, a un grupo de reporteros durante una llamada a principios de este mes. En ese momento Criswell no se refería a la devastación provocada por el huracán Helene -que de hecho se ha convertido en una de las tormentas más mortíferas en Estados Unidos en la era moderna- sino a los rumores, engaños y teorías de la conspiración que han rodeado a Helene y, ahora también, al huracán Milton

La desinformación ha sido una constante cada vez que se producen fenómenos meteorológicos extremos. “La desinformación y la información falsa prosperan en momentos de crisis, no importa si se trata de una crisis política, económica o sociocultural. Las crisis crean un terreno fértil para que este tipo de narrativas no sólo se propaguen y se generalicen, sino también para que resuenen con las personas comunes que forman parte del público”, señaló Jennie King, directora de investigación y política climática en el Instituto para el Diálogo Estratégico y cofundadora de Acción Climática contra la Desinformación, en un seminario web de CCNow en 2023.

Pero el volumen de las mentiras en torno a estas tormentas, y al cambio climático en general, suena ahora más alto que nunca. La desinformación produce confusión y estrés innecesarios, siembra la desconfianza en los funcionarios públicos y el gobierno, y puede obstaculizar los esfuerzos de socorro. El diluvio de desinformación en respuesta al huracán Helene produjo todos estos resultados, y a los funcionarios les preocupa que también evite que las personas reciban la ayuda que necesitan desesperadamente. “Me preocupa que [las personas] no se registren con nosotros para recibir asistencia y acceder a los recursos críticos a los que tienen derecho”, dijo Criswell.

Separar los hechos de la ficción resulta aún más difícil para los funcionarios cuando uno de los candidatos a la presidencia de Estados Unidos es quien propaga los mensajes. Donald Trump continúa negando la existencia del cambio climático, y otros funcionarios electos se han movilizado para rechazar la aprobación de fondos para FEMA, incluso cuando los efectos del cambio climático se han vuelto más mortíferos que nunca.

El verificador de datos de CNN, David Dale, creó una cronología con el “aluvión de mentiras” de Trump tras el huracán Helene, y muchos medios siguieron el ejemplo haciendo su propia verificación de datos. Exponer la desinformación y a las personas que la difunden da a los lectores y espectadores un contexto valiosísimo. Las vidas de las personas se ven amenazadas por la información falsa, y las redacciones de noticias deben comprometerse a atacar el problema a medida que este se presenta.


Ideas para tu cobertura

  • Pregúntate ¿vale la pena cubrir esto? A veces es mejor no cubrir la desinformación por el riesgo que representa amplificar las mentiras. Pero si son potencialmente dañinas o están ampliamente extendidas, puede que valga la pena reportarlas. Por ejemplo, puedes concluir que una persona que difunde ideas absurdas como “el gobierno controla el clima” no es alguien a quien muchas personas tomarían en serio, pero cuando es un miembro del Congreso quien lo dice, como lo hizo la Representante Marjorie Taylor Greene en  X, puede que merezca la pena denunciarlo.
  • No incluyas mitos o mentiras en el titular. Las investigaciones demuestran que la mayoría de las personas que están en las redes sociales comparten las noticias sin leer más allá del encabezado. Si escribimos un titular que repite o cuestiona una falsedad sin contexto corremos el riesgo de hacer más mal que bien.
  • Verifica los hechos y utiliza el “sándwich de la verdad”. Comienza por denunciar la desinformación como lo que es, en lugar de citarla. Entonces, utiliza el modelo del “sándwich de la verdad” para desacreditar la mentira. Primero, establece los hechos de manera simple y clara. Luego, advierte que viene una mentira. Expón el mito o la mentira de manera concisa y explica por qué es engañosa. Termina reforzando los hechos y hazlo varias veces, si es posible.
  • Responsabiliza a los actores malintencionados, y explica su motivación. Una vez que has identificado quién está difundiendo la mentira, incluye las razones que puede tener para hacerlo, como alguna ganancia política, económica o reputacional. Los actores malintencionados siempre deben rendir cuentas por el impacto de la mala información. Si es posible, llama su atención al respecto y pídeles una declaración.
  • Anima a tus lectores/audiencia a colaborar. Los consumidores de las noticias a menudo están en las primeras líneas de la desinformación. Animar y empoderar a tus lectores, espectadores y oyentes para que ayuden a neutralizar la desinformación es una gran ayuda. Quizás se puede empezar por los comentarios en las redes sociales de tu publicación. Y, tal vez lo más importante, recuerda que combatir la desinformación y la mala información es un proceso continuo. Un solo artículo o publicación en redes sociales no será suficiente. Establece mecanismos para la participación continuada de la comunidad, como actualizaciones periódicas, foros públicos y circuitos de interacción con tu audiencia.

Inspírate

Esta semana, destacamos excelentes reportajes locales de periodistas en los estados impactados por el huracán Helene. 

  • La reportera de política Isabel Soisson, en Cardinal and Pine, de Carolina del Norte, escribe sobre la hipocresía de los “políticos que ahora piden ayuda federal” que “enfrentan un nuevo escrutinio a sus historiales de votos en contra de la ayuda federal para desastres”.
  • Jonah Chester cubre las inundaciones, el aumento del nivel del mar y el cambio climático para el Rising Waters Lab, del Post and Courier, y ha publicado esta excelente guía para lectores sobre cómo identificar la desinformación, que también es útil para los periodistas.
  • Greg Bluestein, reportero de política para The Atlanta Journal-Constitution, y Zachary Hansen, quien cubre desarrollo económico en Georgia, escribieron sobre la visita de Trump a Valdosta, señalando que “despertó serias inquietudes en algunos funcionarios locales, que temían que la visita de Trump pudiera retrasar sus esfuerzos para reparar los daños [del huracán], así como críticas de que el expresidente transformaría un tema aparentemente no partidista -el reparto de ayuda para desastres- en una embestida de campaña”.
  • La red de reporteros locales de NPR presentó historias desde el terreno en las zonas afectadas por Helene, incluido Chimney Rock, Carolina del Norte, objeto de una  “persistente afirmación falsa de que FEMA abandonó el pueblo para que el gobierno de Biden pueda extraer litio de ahí”, hablando con el alcalde Peter O’Leary, quien dijo “es un poco inquietante y francamente molesto que la gente quiera creer las cosas horribles, pero no quiera creer lo que es verdad”.
  • Los consejos editoriales de The Charlotte Observer y The News & Observer, los dos periódicos más grandes de Carolina del Norte, publicaron un artículo de opinión conjunto que recrimina a Trump sus mentiras sobre la respuesta al huracán. Escriben: “Esta no es una situación para capitalizar una ganancia política. Pero el expresidente Donald Trump ha politizado la situación en cada momento, difundiendo falsedades y conspiraciones que fracturan a la comunidad en lugar de unirla”.

Artículo destacado

El colaborador de Slate, Scott Nover, analiza el “truco más nuevo y tonto de la extrema derecha para difundir desinformación en X”, en un artículo que ilustra hábilmente la táctica que se ha convertido en un sello distintivo de los voceros de la extrema derecha en X, como Charlie Kirk y Elon Musk: ​“1) Publica un pantallazo de un mensaje de texto supuestamente auténtico, 2) expresa indignación, 3) pregunta si es verdad, sin que realmente te importe si lo sea, y 4) no investigues más el asunto. Es la nueva encarnación de un clásico, el correo en cadena. Pásalo o nadie sabrá la ‘verdad’”. Nover señala que “[este] formato de indignación en Twitter también se está utilizando para difundir desinformación sobre las elecciones”.


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